Ante la contingencia por el COVID-19 y su proliferación, la tendencia creciente es a permanecer la mayor parte del tiempo en casa para evitar el contagio, lo que supone una ruptura en las actividades rutinarias de la mayoría de las personas.
Motivados por la preservación de la salud integral, compartimos algunas recomendaciones generales para reforzar nuestro sistema inmunológico con la ayuda del ejercicio y de una alimentación balanceada, y así garantizar nuestro bienestar y el de quienes están a nuestro alrededor.
Una buena alimentación, una vida sana
Es sabido que uno de los principales factores que inciden en el bienestar de las personas es su alimentación, la cual depende de un balance entre los diversos tipos de alimentos que ingerimos y que gracias a sus componentes cumplen una función específica en nuestro organismo con su aporte de vitaminas y minerales, entre otras enzimas y nutrientes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta saludable ayuda a las personas a protegerse, además, de las enfermedades no transmisibles, entre ellas, la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer, entre otras. Para lograr una alimentación sana, la OMS indica que debemos incluir:
- Frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales (como maíz, avena, trigo o arroz, entre otros).
- Menos del 10% de grasas saturadas en la ingesta calórica total; y en la ingesta de grasas trans, menos del 1%.
- Menos del 10% del consumo de azúcar refinada en la ingesta calórica total.
- Un consumo de sal por debajo de los 5 gramos diarios; esto ayuda a prevenir la hipertensión, entre otras afecciones crónicas.
- Grasas no saturadas, como las presentes en los pescados, el aguacate y los frutos secos, entre otros.
En estos días de aislamiento preventivo es importante que aumente la ingesta de alimentos que contengan nutrientes como la fibra, la vitamina A, la vitamina C, el calcio y el potasio, los cuales son esenciales para nuestro bienestar integral.
Actividad física, fortaleza interna y externa
El ejercicio es una actividad física planificada, útil para asegurar nuestro bienestar tanto en el presente como en el futuro. Dadas las condiciones actuales que enfrenta el Planeta, debemos entender dicha actividad como una herramienta para aprovechar el confinamiento en el hogar de una forma saludable. Un nivel adecuado de actividad física regular o moderada, sobre todo en adultos, ayuda a:
- Reducir del riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas, entre otros.
- Mejorar la salud ósea y funcional.
- Aportar equilibrio calórico y control del peso.
- Incidir de forma positiva en el estado de ánimo.
- Conciliar el sueño de mejor forma.
Teniendo en cuenta que la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomienda a las personas adultas al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada por semana para preservar su salud, no olvide usar parte del tiempo que pase confinado en casa para la realización de ejercicio. Éste puede serle útil a su salud, no solo desde la perspectiva física, sino también mental y emocional.
Referencias
Organización Mundial de la Salud (OMS) [sitio Web]. Alimentación sana [publicado el 31 de agosto de 2018; consultado el 18 de marzo de 2020]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet
American Heart Association (AHA) Journals [sitio Web]. ¿Qué cantidad de actividad física es necesaria? Infografía [publicado en 2018; consultado el 18 de marzo de 2020]. Disponible en: https://www.heart.org/en/healthy-living/healthy-eating/eat-smart/healthy-living-spanish-infographics/que-cantidad-de-actividad-fisica-es-necesaria-infografia